Psicología: De qué me sirve tener rencor

Una adolescente enfadada

Día a día, en nuestra cotidianeidad nos ocurren múltiples circunstancias. A veces salimos de ellas con agrado y otras no. Incluso podemos considerar algunas dañinas, a consecuencia de estas pueden surgir sentimientos de desilusión, de rencor. A su vez, éstos pueden ser difíciles de gestionar y transformar.

Hemos de tener en cuenta que este tipo de reacciones de disconfort son humanas y seres humanos somos. Pero, tras el primer impacto y después de un tiempo han de pasar a nuestro bagaje de experiencias, es decir, nos sirven para aprender.

Tenemos que comunicar, manifestar lo que nos ha hecho daño, expresarlo. Este tipo de cuestiones nos afecta también a nivel físico… falta de sueño, subida de tensión arterial…; a nivel cognitivo…repasamos una y otra vez lo ocurrido, estrés, ansiedad…; a nivel relacional… nos retraemos o nos dirigimos a las demás personas de una forma seca, con desgana…

Transformaremos ese dolor, esa pena, esa rabia… para canalizar nuestra fuerza, para hacernos más fuertes, para aumentar nuestra resiliencia.

Hemos de dar pasos hacia adelante, no podemos quedarnos ahí en un bucle, con pensamientos constantes a cerca de lo que nos ha sucedido, con rumiaciones.

Para avanzar tenemos que perdonar, esto nos permite no quedarnos anclad@s en esas malas sensaciones, en ese sufrimiento. Perdonamos porque tod@s cometemos errores.

Perdonamos para poder liberarnos de ese peso y continuar nuestro camino mirando hacia el presente y con perspectiva de futuro.

Miremos  a lo acontecido en el pasado para ver qué hemos aprendido y aplicar esto en nuestro ahora.

Aprendamos a relativizar,  si consideramos que nos han ofendido digámoslo de forma tranquila, busquemos el equilibrio enfocando hacia nuestra felicidad.

“El perdón no cambia el pasado, pero amplía el futuro”.

Paul Boese. Director de cine, productor y guionista alemán.

“Perdonar es liberar un prisionero y ese prisionero eres  tú”.

Lewis B. Smedes. Autor norteamericano.