Aprendizaje emocional: Educar para la  tolerancia al fracaso y la frustración

aprendizaje_emocional

Nos gusta que todo nos salga bien, nos reconforta, pero esto nos hace personas limitadas en nuestras opciones, en nuestros pensamientos, en nuestra construcción del mundo. Necesitamos prepararnos para posibles fracasos mediante el aprendizaje emocional.

A medida que vamos creciendo, aprendemos, experimentamos y el acertar, el equivocarnos, la ilusión, la desilusión…etc, nos abren nuevos caminos, nuevos recorridos, nuevas trayectorias.

Si apreciamos el cometer errores, como realmente es, aprendizaje, trabajamos en aprender a aceptar las circunstancias tal como vienen, apreciándolas como tal y “disfrutando la oportunidad de plantearnos, de crear, de experimentar otras opciones”.

De esta  forma también  estamos “trabajando” la ira, la tristeza, la infelicidad, estamos aprendiendo a lidiar con la desazón, trabajando el aprendizaje emocional.

En realidad, todo lo que nos cuesta nos ayuda a crecer, a avanzar y lo importante es el camino que recorremos, la trayectoria, lo que experimentamos…mucho más que el llegar y alcanzar la meta.

La frustración tiene que ver con la decepción emocional que sentimos cuando no alcanzamos lo que esperamos. Hemos de aprender a gestionar este proceso y saber que es algo natural el errar.  Es más, que es algo fantástico que nos permite aprender que ese camino que hemos recorrido, quizás no fuera el más adecuado y así experimentamos la oportunidad de buscar otras formas, otras maneras, otros caminos. Ampliando nuestra forma de ver el mundo y lo que nos acontece, ampliando la realidad que percibimos.

Recordemos que aprender a tolerar, es aprender a  adaptarnos a las circunstancias y esto es muestra de inteligencia.

Es importante acompañar, ayudar a nuestros hijos a percibir que desilusionarse, es algo normal en la vida y además es una oportunidad para crecer y avanzar. También  que desde pequeños aprendan a gestionar que en nuestra existencia no siempre va a existir el “si”, habrá también muchos “no”, “tal vez”, “quizás”, “casi”… etc.

Hemos de enseñarles a expresar y canalizar sus emociones, confiar en su toma de decisiones, en sus posibilidades y plantearles límites que les ayuden a orientarse y a tener ilusiones, motivación, generar hábitos y posponer las recompensas.

Educando en el esfuerzo y en la satisfacción de los procesos, no sólo de los resultados. Teniendo expectativas reales, conociendo y aceptando los recursos (propios-ajenos-circunstanciales) y trabajando la motivación al logro.

Nos parece muy interesante respecto a este tema la Guía sobre aprendizaje emocional: «Inteligencia Emocional: el secreto para una vida feliz” de la  Consejería de Políticas Sociales y Familia, Dirección General de la Familia y el Menor,  de la Comunidad de Madrid.

“No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos”

Jean Paul Marat- científico, político y periodista francés. Siglo XVIII.

“Cada error nos enseña algo”

Morihei Ueshiba -maestro de artes marciales japonés, creador de la disciplina Aikido (término que puede traducirse como “arte de la paz”).