“Me escuchas, te escucho”. Bases para una buena comunicación

Dos figuaras de madera intentando comunicarse

Desde los albores de la civilización el ser humano trata de comunicar aquello que le inquieta, le sucede, le satisface, le incomoda, le molesta… Hoy por hoy, quizá sea el momento histórico en el que disponemos de un mayor número de dispositivos tecnológicos para comunicarnos. Sin embargo, nuestra relación con las personas más cercanas encuentra interferencias en esa comunicación.


Hemos de considerar la comunicación tanto en la pareja, la familia, el trabajo… la piedra angular de nuestras relaciones personales y de nuestro bienestar emocional y psicológico. Por ello, dedicar un momento a reflexionar sobre cómo nos comunicamos y como eso que comunicamos influye o afecta a nuestro entorno puede ser el principio de todo intento de mejorar nuestro estado emocional y psicológico.


La comunicación en sí misma ha de ser entendida como una herramienta de relación entre los seres humanos en la que deben de estar activos ambos protagonistas. Esto implica que quién emite el mensaje ha de hacerse entender en un código que compartan ambos interlocutores, pero quién lo recibe ha de estar atento al mismo de manera activa. De ahí que la atención a las señales de la otra persona sea tan importante para conseguir un proceso de comunicación eficaz. Hemos de escuchar lo que nos dice, al tiempo que observamos lo que nos expresa con su comunicación no verbal, de manera que recojamos y preguntemos aquello que parece no quedarnos claro.

Evitar las interferencias

Creer conocer, anticipar o interpretar las manifestaciones de la otra persona en base a nuestras experiencias previas de relación con esta, se puede convertir en una interferencia para una buena comunicación, sobre todo en el caso de relaciones de pareja o familia con dificultades. Para evitar estos ruidos en la comunicación suele ser de gran utilidad desligarnos de toda interpretación subjetiva y tratar de escuchar a la otra persona y en caso de que no nos queden claro, resolver preguntas con ella del tipo: ¿Qué es lo que piensas?, ¿Cómo te sientes?, ¿Cómo te gustaría que fuese nuestra comunicación?, ¿En qué te puedo ayudar?, ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra relación?


Para realizar este análisis es muy importante encontrar la situación y el momento más adecuado con cierto grado de serenidad y sin los agobios de tratar de resolver la situación de manera precipitada o en un momento de inestabilidad emocional.


Tenemos que considerar que igual que es importante comunicar también es importante que esa comunicación se produzca cuando las personas implicadas se encuentren en un momento emocional adecuado tanto para expresar como para escuchar los argumentos, pensamientos y sentimientos suyos y de la otra persona.

“Es imposible no comunicar”

Paul Watzlawick. Psicólogo y filósofo.