Psicología infantil: rabietas

rabietas

Vamos a hablar de las rabietas desde un enfoque de psicología infantil.

A la hora de educar a nuestr@s pequeñ@s es muy importante ser buenos modelos e implementar y reforzar las conductas que nos parecen más adecuadas y positivas.

Que nuestra forma de actuar sea clara, comprensible, contingente, firme, proporcional y mantenida en el tiempo ante esa forma de comportarse.

Hemos de transmitir seguridad, tranquilidad, firmeza, así como, tener una perspectiva positiva. También dar oportunidad a la interacción, al diálogo, estimular y reforzar los comportamientos adecuados, el respeto,  la inteligencia emocional, la expresión de los afectos y el cariño.

Promover la negociación de forma que niños y niñas vayan asumiendo límites con una perspectiva natural y positiva, aprendan a hacerse preguntas y buscar respuestas respecto a su forma de actuar, vayan ampliando su zona de confort, desarrollando una buena autoestima, habilidades sociales, tengan la oportunidad de elegir entre opciones (favoreciendo así el aprendizaje de toma de decisiones).

Hemos de favorecer los buenos comportamientos, su expresión, con alabanzas, cariño, abrazos, besos, y ser modelo de esos comportamientos que deseamos.

¿Algunas pautas para afrontar una rabieta?

No nos enfadaremos, ni daremos voces ante unas rabietas. Procuraremos actuar con tranquilidad y tener un tono suave, dejando tiempo para que se calmen y entonces ya puedan escucharnos.

Las explicaciones han de ser entendibles para l@s pequeñ@s, cortas y claras.

Tras esto podremos razonar con el/la  niño/a, preguntarle qué le ha contrariado, cómo podría actuar/expresar de otra manera más calmada su disconfort. Cómo nos lo puede comunicar de otra forma que no sea un berrinche, aunque esté con un gran enfado.

Otra posible estrategia ante una rabieta es la distracción, así como procurar actividades alternativas (trabajar la respiración, favoreciendo el pensamiento antes de actuar, aprender a demorar los tiempos, a expresar las emociones; reforzando positivamente todo ello) .

Recordemos ponernos a la altura del niñ@ para hablar e interactuar, en estos momentos de comunicación, reflexión, cariño y juego. Es un precioso y valiosísimo tiempo de compartir, el tiempo de comunicación e interacción.

Es muy importante explicar el por qué de las cosas, su sentido y que esta forma de actuar sea consistente y perdurable en el tiempo.

Hemos de identificar el origen de las rabietas, como forma de prevención y para evitar otras posteriores. Recordemos que su origen puede ser el disconfort, el cansancio, deseo de control, llamar la atención, la reafirmación, etc.

Tras identificarlo y una vez en la rabieta, dejaremos tiempo para que se exprese y se calme (estaremos tranquil@s, con tono de voz suave y cálido), tras esto procuraremos comentar qué ha ocurrido, su porqué  y ver alternativas, ofreciendo seguridad y valorando actividades, actitudes y otras formas de afrontar la situación más adecuadas.

De esta manera fomentaremos la autoestima, seguridad y regulación emocional de nuestr@s hij@s, sobre todo si somos buenos modelos. Y recordemos que comunicamos con todo el cuerpo (gestos, expresiones), lo que decimos y cómo lo decimos (entonación, volumen) y  con nuestras acciones (cómo actuamos, qué conductas tenemos en nuestra vida en general).

+Respecto al tema que nos ocupa nos parecen interesantes los siguientes enlaces:

La Asociación Española de Pediatría junto con “Dodot

Guía de Servicios Sociales del Gobierno Vasco

“La educación no es la preparación para la vida. La educación es la vida misma”

John Dewey- Psicólogo y pedagogo estadounidense.

“El juego es la forma más elevada de investigación”

Albert Einstein-Físico alemán, Premio Nobel.

“Jugar con un niño es amar al niño”

Vince Gowmon-Autor infantil estadounidense.